Soy Vicente Ferrer Molina, el autor de la columna que ha causado su indignación y, por lo que me dice, la del colectivo Rromani Pativ. Lamento sinceramente haberles causado esa impresión y que me incluyan en el grupo del «antigitanismo informativo» y me atribuyan «prejuicios y estereotipos» de carácter «racista» por haber utilizado la expresión «maldición gitana».
Me pide en la carta enviada al periódico que le explique a qué me refiero cuando describo la escena en que Pedro Sánchez amenaza a Albert Rivera y digo que lo hace «con retumbo a maldición gitana». Simplemente pretendía describir cómo el líder socialista le deseaba a su oponente que en el futuro le sobreviniera algún daño. Para mí, esa amenaza tenía resonancias a maldición gitana, un tipo de imprecación cuya existencia usted misma admite al reprocharme que desconozco «las características del complejo y culto arte gitano de maldecir la injusticia».
No encontrará en mi artículo ningún calificativo despectivo hacia el pueblo o las personas gitanas -que cuentan con todos mis respetos- ni tampoco en ningún texto firmado por mí en los 30 años que llevo trabajando en medios de comunicación. Entiendo y respeto que a usted le parezca que empleo «recursos literarios sin gracia» pero no puedo compartir que con la expresión «maldición gitana» haya contribuido a «estimular los prejuicios y tópicos dominantes» sobre el pueblo gitano ni haya  mancillado su «dignidad pública».
La expresión «maldición gitana» me parece aséptica, no encuentro ninguna carga despectiva en su uso y así la recoge el idioma. Antes que yo la han utilizado escritores -una de las novelas más afamadas del estadounidense Harry Crews se titula precisamente «La maldición gitana»-, estudiosos del arte -Manuel Díaz Martín ha analizado «La maldición en el cante gitano tradicional»- y hasta autores de cómics -Francisco Ibáñez tituló «La maldición gitana» uno de sus libros de Mortadelo y Filemón-.
Así pues, tampoco creo haber infringido el artículo 7 del Código Deontológico Periodístico que usted me recuerda, porque no cabe deducir que mi artículo haya incitado a la violencia ni yo he aludido de modo despectivo a colectivo alguno. Eso sí, siento de veras haberle herido sus sentimientos y le pido mis sinceras disculpas a usted y a la asociación Rromani Pativ si les he ofendido.
Vicente Ferrer Molina

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