El 2 de agosto de 1944, aproximadamente unos 3.000 hombres, mujeres y niños gitanos, rroma y sinti del llamado «Zigeunerlager» situado en el bloque 13 (campo de gitanos) fueron exterminados en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau. Luz para sus almas.

Fueron las mismas y mismos que protagonizaron la revuelta y pelearon con uñas y dientes el día 16 de mayo (Día Internacional de la Resistencia Rromani) en el que se conmemora su lucha, resistencia y valentía ya que consiguieron que ese día los nazis no pudiesen llevar a cabo su solución final, que desgraciadamente se materializó ese fatídico 2 de agosto de 1944.

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Durante el Samudaripen, se cree que la mayor parte de los asesinatos hacia los gitanos no se produjeron en los campos de exterminio. El Pueblo Rrom oponía mucha resistencia a los miembros de la SS, y como respuesta acababan fusilados en sus propios hogares. Para acabar con la imagen negativa y probablemente para conseguir que las familias gitanas fuesen prisioneros más “manejables” y “limpiar la imagen“ que proyectaba el régimen asesinando a sus ciudadanos en plena calle, se creó el Zigeunerlager, el campo gitano de Auschwitz. A diferencia de otros campos, en éste estaban recluidas familias enteras, así en medio de toda esa muerte, barbarie, miseria humana y dolor emergía la vida y nacieron alrededor de 370 criaturas gitanas.

Con el uso del miedo, la fuerza y el engaño, los nazis encerraron a unos 23.000 gitanos en distintos Zigeunerlager en marzo de 1943.

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La vida de los Rromanies en Auschwitz fue un verdadero infierno: epidemias, desnutrición, violencia y maltratos eran fenómenos cotidianos que mataban física y espiritualmente al Pueblo Gitano. Especial mención merece el doctor Mengele, conocido como el ángel de la muerte por el aparente buen trato que mostraba hacia los niños para que éstos confiaran en él, los niños y niñas gitanos fueron sus víctimas preferidas para sus múltiples experimentos científicos. Este fenómeno no era aislado. En 1940, 250 niños gitanos fueron asesinados durante experimentos que tenían el objetivo de comprobar la eficacia mortífera del gas ziklon B. El “delito” de todos estos ciudadanos, de todos estos niños, era ser gitanos, seres racialmente inferiores y asociales, siguiendo los argumentos del Instituto para el Estudio de la Higiene Racial.

No podemos, por tanto, aceptar esa cifra como un hecho demostrado ya que la documentación no ha sido bien analizada, ni existe una política de promoción de la investigación en torno al Samudaripen. La cifra de víctimas probablemente asciende al doble o al triple, es decir, estaríamos hablando de que, probablemente 1.500.000 personas gitanas fueron asesinadas durante el Porrajmos/Samudaripen.

Se estima que alrededor de la mitad de la población romaní residente en los territorios ocupados por el Tercer Reich murieron como resultado de la persecución y el terror nazi. En algunas zonas, este porcentaje alcanzó el 80 %.

Ian Hancock, investigador, escritor y activista Rromaní inglés. profesor emérito de la Universidad de Texas y ha representado al Pueblo Gitano en las Naciones Unidas y fue miembro del Consejo de los Estados Unidos para el recuerdo del Holocausto bajo la presidencia de Bill Clinton.

La aniquilación del futuro, la esterilización forzada: dentro de los campos de concentración, así como en hospitales externos, fue una de las terribles y retorcidas de maneras en las que se perpetua el dolor inmenso de los y las supervivientes. El 94 % de las personas esterilizadas forzosamente durante el periodo nazi fueron personas gitanas.

No hay nada con lo que puedas comparar Auschwitz. Si dices «El infierno de Auschwitz», no es ninguna exageración. Creo que no es suficiente para mí decir que he soñado con Auschwitz mil veces desde entonces, con esa horrible época en la que reinaba el hambre y la muerte. Yo era una niña cuando me trajeron a Auschwitz. Cuando salí estaba enferma y aún hoy estoy enferma.

Elisabeth Guttenberger, superviviente, testigo de cargo en el Auschwitzprozesse.

El miércoles 15 de abril de 2015 el Parlamento Europeo reconoció solemnemente el hecho histórico del genocidio de los Rromanies que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial y aprobó el 2 de agosto, día elegido por las organizaciones gitanas, para conmemorar a todas las víctimas Rromanies de este genocidio.

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Memorial de Auschwitz Birkenau, botes del producto Zyklon B utilizado por la Alemania nazi durante el Genocidio para asesinar a millones de personas en cámaras de gas.

¿Qué es la memoria?

El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española la define así: «Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado». Memoria: nombre. Recuerdo en relación con una cosa en particular. La acción de recordar. Un memorial o registro de un hecho, persona, etc.

El diccionario de Inglés Oxford define la memoria como «Memoria es lo que nos moldea. Memoria es lo que nos enseña».

Debemos entender que es nuestra redención.

Estelle Laughlin, sobreviviente del Genocidio nazi.

La memoria y los derechos humanos

Las graves violaciones de los derechos humanos, atrocidades como los Genocidios la trata de esclavos, las guerras y la depuración étnica, no se olvidan o se perdonan fácilmente por quienes se ven afectados. Sin embargo, la memoria es más que simplemente recordar: la memoria trata de hacer que nosotros mismos mantengamos una memoria viva, o al menos no permitir que vuelvan a pasar por alto los horrores del pasado.

Cuando la memoria está organizada por la sociedad o a nivel oficial por los gobiernos, a menudo a las personas se les pide recordar algo que ni siquiera han vivido directamente. Las víctimas o quienes se ven afectados no necesitan recordatorios artificiales: son generalmente incapaces de olvidar. La memoria oficial suele estar organizada para que el resto de la sociedad, aquellos que no fueron directamente afectados, estén informados y reconozcan públicamente el sufrimiento de las víctimas.

La memoria oficial puede ayudar a las personas que se han visto afectadas por un terrible suceso ocurrido en el pasado, a que la sociedad como un todo reconozca su dolor, condene las acciones que ha llevado a esto, y ofrezca algunas garantías de que tales acciones no se repetirán en el futuro. La memoria puede ayudar de esta forma a dar un sentido de cierre a las víctimas, a fin de que puedan superar el pasado.

Pero la memoria oficial de dichos eventos también puede ser importante para la sociedad en su conjunto. Es necesario que la sociedad “recuerde” su propia historia, incluidos aquellos acontecimientos que han perturbado la vida de muchos, con el fin de aprender del pasado y no repetir los errores. La memoria, cuando se hace correctamente, puede servir como una señal de advertencia a la sociedad: se puede mostrar como la acción o la inacción, la intolerancia, el racismo, y otras actitudes relativamente comunes que pueden llevar, en ciertas circunstancias, a hechos que son verdaderamente terribles.

No hay ningún derecho humano conectado directamente al hecho de la memoria, pero el tipo de eventos que la sociedad siente la necesidad de recordar casi siempre son aquellos en que los derechos humanos de ciertos grupos de personas han sido ignorados. Recordamos el Holocausto/Genocidio nazi por el que los judíos, gitanos, discapacitados, homosexuales, personas de todo credo político, y las personas de nacionalidad eslava fueron tratados inhumanamente y sufrieron la violación de casi cada uno de sus derechos humanos.

Recordamos las guerras, sobre todo porque son tiempos en los que la muerte visita de forma masiva tanto a los civiles como a los participantes en la lucha. Recordamos las deportaciones o las “depuraciones étnicas” no solo por el hecho de que las víctimas sufrieron violaciones sistemáticas de los derechos humanos, sino también porque las violaciones fueron dirigidas a estos grupos en particular, y por el hecho de que fueron considerados como subhumanos, como personas indignas de todo el abanico de derechos humanos. Recordamos los genocidios porque son ocasiones en los que la eliminación de todo un pueblo se lleva a cabo deliberadamente. La eliminación es terrible, pero también la planificación, la intención de eliminar, la dejación de los principios más elementales de los derechos humanos: que todas las personas deben ser consideradas como iguales en dignidad y derechos.

Compensar

Desde la Segunda Guerra Mundial, Alemania ha promulgado una serie de leyes para indemnizar a las personas que sufrieron persecución a manos de los nazis. En 1951 Konrad Adenauer, canciller de la primera República Federal de Alemania, dijo: “en nuestro nombre, incalificables crímenes se han cometido y exigen compensación y restitución, tanto moral como material, a las personas y las propiedades de los judíos, que han sido tan gravemente perjudicadas…”. Sin embargo, hasta 1979 no se reconoció la persecución nazi de los Rroma por motivos raciales. A pesar de que se tiene derecho a solicitar una indemnización por el sufrimiento, la realidad es que muchas de estas personas , enciclopedias de vida del Pueblo Gitano, ya han muerto.

¿No deberíamos reconocer el sufrimiento de los discapacitados, los homosexuales y los gitanos? Sin embargo, estos tres grupos siguen siendo algunos de los más discriminados de toda Europa.

Sin el reconocimiento, la condena, la compensación y el recuerdo, es probable que la memoria de la injusticia y las violaciones masivas de los derechos humanos se usen para justificar acciones. La manipulación de memorias colectivas en beneficio de los programas políticos nacionales sigue siendo una grave amenaza en toda Europa.

Para no extenderme más y poner un cierre de reflexión, dejo las palabras de la tía Philomena Franz Escritora sinti. Deportada a Auschwitz, sobrevivió a este y otros campos de concentración y exterminio, donde perdió a la mayoría de su familia. A partir de 1945, reconstruyó su vida en medio del desprecio oficial hacia las víctimas romaníes del Holocausto que imperó en la Alemania postnazi. El prolongado racismo contra los gitanos sepultó bajo un pesado silencio a quienes lo sufrieron, pero la autora consiguió romperlo con Entre el amor y el odio. Una vida gitana (1985), las primeras memorias publicadas por una persona superviviente romaní del Genocidio nazi, que afortunadamente están ya traducidas al castellano y recomiendo encarecidamente.

¡Qué espantoso era el mutismo de aquellos niños condenados a soportar algo que escapaba a sus fuerzas! Qué dolor mudo no nacería en aquellos que estuvieron obligados a ocultar en lo hondo de su alma las heridas y una pena casi insoportable, que nunca iba a terminar para ellos.

Todos tenemos derecho, incluso hoy a seguir hablando de nuestro sufrimiento. Para reencontrarnos, para honrar a las víctimas y para decirles a los jóvenes: así fue y esto no debe repetirse nunca.

Tenemos derecho a que nuestro sufrimiento encuentre un lugar propio en la historia.

Philomena Franz. Entre el amor y el odio. Una vida gitana.
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Mira y no olvides.

Luz, memoria y reparación.

Redacción e imágenes: Celia Montoya Coordinadora de Rromani Pativ
Fuentes: Manual de Educación en los Derechos Humanos con jóvenes CompassObservatorio ProxiParlamento Europeo

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